Vamos a conocer una flor.
Imaginen que
tienen una flor en sus manos, o consigan una de cualquier color, de cualquier
forma, de cualquier familia. Vamos a hacer un pequeño ejercicio para conocer
esta flor. No se trata de recordar propiamente las clases de Botánica o
Biología que han estudiado, no se trata de investigar de cuántas partes se
compone la flor. Se trata de penetrar en ella. Sigan mis instrucciones por
favor.
Siéntanse la flor.
Pongan esa flor
entre sus manos y siéntanse sus pétalos, son
uno de los pétalos de esa flor, no es difícil, pueden hacerlo, tienen la
capacidad para ello; siéntanse un pétalo de la flor. Observen su forma, vean
cómo son, sientan su perfume, como son un pétalo ya no lo pueden oler con su
nariz, lo van a percibir por toda la extensión de la cara anterior y posterior
del pétalo, sientan el perfume, sientan la suavidad, sientan esa pequeña gota
de rocío que está en el entronque del pétalo con el cáliz de la flor, siéntanse
suaves, aterciopelados, siéntanse húmedos, acariciables, siéntanse atractivos
con lo humano; porque todas estas cualidades las poseen las flores para atraer
a otros seres vivos; siéntanse, pues, atrayentes, siéntanse disponibles,
disfruten de ser pétalo.
Siéntanse ahora
los estambres de la flor, estambres o pistilos, lo que prefieran, órganos
minúsculos con importantes funciones biológicas; siéntanse mecerse por el
viento, mecerse dentro de la corola, mecerse ensartados en el cáliz de la flor.
Siéntanse frágiles y fuertes al mismo tiempo, sientan esa dualidad que
caracteriza al mundo tridimensional.
Siéntanse ahora
el tallo de la flor. Esta parte, que nos llama menos la atención, pero que no
es menos importante puesto que es esencial en la constitución de esa planta;
siéntanse tallos, sientan cómo los jugos vitales suben y bajan, sientan los
brotes, los nudos y las hojas insertas en el tallo; díganse a sí mismos: “soy
un tallo de flor, sostengo la corola más hermosa que se pueda dar en la
creación, soy el conductor de la energías de la madre tierra y también soy el
transportador de las energías del sol; mi misión es realmente importante aunque
no lo parezca, aunque humildemente pase muchas veces inadvertido”.
Ahora, salgan de
la flor y vuelvan a ser ustedes mismos. Ha sido un pequeño ejemplo de cómo
adentrarse en la flor. Vamos, ahora, a realizar la contraparte del ejercicio.
La flor se introduce en uno mismo.
Vuelvan a tomar
la flor entre sus manos, ahí está, y ahora llévenla hacia su corazón y dejen
que penetre en ustedes. Toda la energía que constituye esa flama se está
fundiendo con toda la energía de su campo áurico y de su cuerpo de luz, de
manera que la flor ya está dentro de ustedes. Y la savia de la flor y su sangre
ya son una, de la misma manera, todas las características de hermosura y
fuerza, de vitalidad y servicio que tiene la flor se funden con las de ustedes.
Y la repuesta que como seres vivos están dando al cosmos es la misma y es una
sola. Y ambos son una sola cosa, ya no se puede distinguir cuál es la flor y
cuál es el ser humano. Esta es una alquimia, ésta es una magia, es una
transmutación, donde energías biológicas aparentemente diferentes, vienen
siendo una y la misma cosa.
Observen las
repercusiones de este tipo de ejercicios y cómo los puede enriquecer, porque el
hombre viene siendo ahora, frente a los ojos de las estrellas como una flor,
tienen todos los atributos de la flor, toda la hermosura y todo el amor. Como
consecuencia, si son tan hermosos, tan vitales, tan energetizadores, ¿cómo
puede caber algún pensamiento de menor autoestima en cada uno de ustedes?, no
puede caber nada que menoscabe su gloriosa esencia.
Y así como es
fácil verlo habiendo introyectado un objeto dentro de nosotros, de igual
manera, repetir varias veces el ejercicio hace crecer al ser en la comunión del
universo y en la autoestima más saludable y más perfecta.
Pues bien, esto
es conocer. Naturalmente que el ejercicio puede hacerse con mayor detalle,
escogiendo cualquier cosa que tengan a su alrededor y haciéndola su parte,
introduciéndose ustedes dentro de ese objeto y luego haciendo que el objeto
penetre en ustedes, y llegar a esa comunión, y llegar a esa perfecta unidad con
todo lo creado. Eso es conocer, y eso es ir llegando poquito a poco a las esencias
y poder conocerlas desde adentro, desde muy adentro.
Les recuerdo,
para el mayor provecho de estas lecciones que hagan un pequeño resumen, en no
más de diez renglones, en el que se expliquen lo que trató la lección y
naturalmente que pueden empezar a hacer
en sus meditaciones este tipo de ejercicios, van a ser muy provechosos, no a
corto plazo, pero sí relativamente pronto van a obtener resultados realmente
sorprendentes acerca de lo que es “conocer”.
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